Marta Colvin robustece su legado a 117 años de su natalicio

  • La Universidad del Bío-Bío deposita una ofrenda floral en el Parque de los Artistas del Cementerio Municipal, donde reposan sus restos. También asiste la Municipalidad de Chillán y la familia de la escultora. 

Pasan los años y, muy lejos del temor por el olvido, la comunidad de Chillán consolida permanentemente su admiración por la vida y obra de la destacada escultora Marta Colvin Andrade (1907-1995), quien este 22 de junio habría cumplido 117 años. En el Parque de los Artistas del Cementerio Municipal reposan sus restos, donde se depositó una ofrenda floral en su memoria, de manera conjunta entre la Universidad del Bío-Bío y la Municipalidad de Chillán.

El Museo Marta Colvin es el sitio icónico desde el cual la Dirección de Extensión de la Universidad del Bío-Bío renueva día a día este compromiso, junto a la que fuera su casa, en el Campus Fernando May de la sede Chillán UBB. Katerin Henríquez es la encargada de este espacio, que forma parte de la Red de Museos de Ñuble y, de lunes a sábado, permanece abierto al público, para realzar a la Premio Nacional de Artes Plásticas 1970.

En el 117° aniversario del natalicio de Marta, Katerin desliza algunos objetivos, en articulación con otras entidades culturales de Ñuble.   

“La idea es poder dar un reconocimiento a la artista a nivel nacional, ya que cumple con todas las características para hacerlo, por lo cual esperamos que desde las políticas públicas igual se pueda reconocer el aporte que hace la artista y el museo al patrimonio cultural regional y nacional. Para activar la imagen de la escultora, proponemos declarar su casa como inmueble de conservación histórica, poder ser parte de los monumentos públicos femeninos de la región de Ñuble, como también poder declarar su colección”, anuncia.

Agrega que, paralelamente, “otro de los objetivos que también puede ser más amplio, incluso para dejar como legado, es la elaboración de cuadernillos junto al Ministerio de Educación, con el material pedagógico que hemos desarrollado en la Universidad y declarar el 22 de junio como el Día Nacional de las Artes Visuales”.

No son tareas sencillas, pero proponen consolidarlas en el marco de los 120 años del natalicio de Marta Colvin, es decir, todavía con un amplio margen de dos años. Para alcanzar cada una de estas metas, el Museo Marta Colvin trabaja en alianza con el Servicio Nacional de Patrimonio y la Municipalidad de Chillán.  

Julia Fawaz, Prorrectora UBB, destaca la importancia de esta reconocida escultora en la identidad de la Universidad del Bío-Bío, especialmente en su sede Chillán.

«El nombre de Marta Colvin resuena permanentemente en nuestra Universidad, en su memoria, en su historia, porque dada la generosidad de su familia, se hizo esta donación del Campus Fernmando May, entonces siempre hemos tenido una buena relación con ellos. Además, tenemos el museo, que ha sido también legado de obras para tener un permanente recuerdo de lo que significó esta artista, pues representó una figura transgresora en el momento en que le tocó vivir», subraya.

A su vez, Marcela Sanhueza, Jefa de Departamento Extensión UBB Chillán, comenta que hay un compromiso de la Universidad por relevar el legado de la escultora, por eso permanentemente esta repartición resalta su vida y obra.

“El museo es parte de las unidades que dependen de Extensión UBB. Existe desde 2011 y sin lugar a dudas, es un sitio trascendental en la salvaguardia de la imagen de esta gran escultora chillaneja. Siempre esperamos recibir a más interesados por visitarnos e impregnarse de este legado”, comparte.

Su ciudad la recuerda

Por su parte, el alcalde de Chillán, Camilo Benavente adhiere a la conmemoración de la artista como uno de los principales referentes nacidos en la ciudad, pues “es una de las mujeres destacadas de nuestra tierra y una talentosa artista que dejó una huella imborrable en el mundo de la escultura. Es un privilegio para los habitantes de Ñuble que sus obras que nos hablan de la vida, la naturaleza y la conexión con lo ancestral puedan ser exhibidas a la comunidad en el museo ubicado en el campus Fernando May de la Universidad del Bío-Bío, en Chillán. Como ciudad también le rendimos un homenaje permanente en el Parque de los Artistas en nuestro camposanto; y, sin duda, tendrá un lugar destacado en el próximo Paseo de los Artistas a un costado del Teatro Municipal que honrará la figura de esta chillaneja, Premio Nacional de Arte y reconocida internacionalmente por sus creaciones artísticas”.

Además, en el marco de estos 117 años de su natalicio, las redes sociales @museomartacolvin y @extension.ubiobio comparten registros de distintos personeros, en torno a la importancia que reconocen en Marta Colvin. Entre ellos destaca Fancy Castro, decana Facultad de Educación y Humanidades UBB; Melisa Barriga, directora regional del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural; Patricia Izquierdo, encargada regional de Patrimonio Cultural Inmaterial; Laila Havilio, escultora nacional; Roberto Grimberg, taller La Obra; Nicolás Rojas, periodista Entrada Liberada (NTV). Además, también por las mencionadas redes sociales, la Dirección de Extensión UBB presenta un cortometraje sobre Marta Colvin, con la colaboración del Grupo Tanagra.

Desde la familia

Los descendientes de Marta Colvin juegan un rol clave en cada una de las tareas que desarrolla el Museo Marta Colvin, para preservar su legado. Siempre es tarea compartida y existe una relación cordial con comunicación expedita. 

Fernando May Boullon es nieto de la artista y confiesa su gratitud por el permanente reconocimiento que la ciudad hace a la labor de Marta, así como también un valor crucial a las nuevas generaciones.

“Como familia estamos muy agradecidos de que esto no se pierda, le damos un gran valor a la permanente preocupación que dan tanto la Universidad del Bío-Bío como la Municipalidad. Esto también va desde toda la comunidad, lo entiendo como un sustento hacia el futuro, porque si bien honrar a nuestros grandes artistas de Chillán tiene un valor en sí, lo principal es su proyección. Ellos son los pilares de lo que viene, los fundamentos del futuro”, comenta.

El nieto de Marta Colvin conserva recuerdos entrañables de su abuela, quien además era su madrina. “Yo tenía una relación muy especial con ella, era muy cálida, cercana y afectuosa en lo humano”, cuenta.

Cabe resaltar que Fernando May Colvin, hijo de la escultora, también mantiene vivos los mejores recuerdos de Marta. Tiene 97 años, pero su mente está lúcida. En esas condiciones, sus cercanos protegen su salud y prefieren evitar exponerlo a lluvias o cambios de temperatura.