«Futuro»: el abandono del presente
Juan Ignacio Ferrada Zambrano
Mediador Galería FEDUH
Pensar en el futuro puede ser un acontecimiento inevitable en nuestras vidas; parece que siempre estamos viviendo para ello. Día a día planificando lo que viene: semanas, meses e incluso años. Proyectos, metas personales, deseos de estabilidad o crecimiento a corto y largo plazo, hacen del futuro una constante que orienta nuestra vida cotidiana. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a observar cómo el presente condiciona lo que vendrá, aunque no lo queremos ver.
La exposición ‘’Futuro’’ del artista visual, diseñador gráfico e ilustrador Cristian de la Fuente Gacitúa, exhibida durante el mes de noviembre en la Galería FEDUH de la Universidad del Bío-Bío, nos invita críticamente a pensar sobre esto. A través de diez ilustraciones, el artista presenta imágenes reconocibles de Chillán y nuestro territorio, desde la cordillera hasta el mar, presentando signos, símbolos y vestigios que parecen haber sobrevivido a un apocalipsis postindustrial. Son obras que rescatan un imaginario local para proyectarlo hacia un tiempo incierto, obligándonos a mirar lo propio desde otra perspectiva.
Sus pinturas muestran escenas situadas 10, 50 y hasta 100 años posteriores a nuestra actualidad. En ellas se pueden leer mensajes asociados a crisis políticas, sanitarias o agropecuarias. Pueblos enfrentados a la robótica como principal instrumento tecnológico, pero no necesariamente como una herramienta de progreso.
«Futuro» se presenta como una manifestación artística que pone en evidencia el fracaso de la humanidad como especie, al idealizar la máquina como símbolo de desarrollo. El progreso, entendido como avance técnico y material, se muestra en crisis a través de una disputa del poder, contradicciones éticas y un evidente desgaste social. La robótica se
convierte en el centro del mundo, pero no logra ofrecer bienestar ni sentido humano. De la Fuente construye símbolos y signos políticos de un apocalipsis que parece no tener fin. En sus obras se tensionan dos fuerzas que no deberían enfrentarse: la biodiversidad y el progreso. Las máquinas reemplazan casi por completo lo humano, aquellas que en algún momento del pasado prometían comodidad y modernidad, aparecen como el reflejo del fracaso y la soberbia tecnológica.
La mirada del artista nos advierte de un retroceso, donde lo natural y lo humano se ven amenazados. Por un futuro que parece una consecuencia directa de nuestras omisiones actuales. En este panorama, las narrativas actuales se superponen en un escenario crítico que, en ningún caso, se encuentra alejado del presente que vivimos como sociedad. En este punto se refuerza la idea inicial: el futuro no es tan lejano como parece, sino una conexión permanente con el presente. Todas las problemáticas sociales que hoy se esconden bajo la alfombra, tarde o temprano irrumpirá en el porvenir.
Por más cliché que parezca, Cristian de la Fuente Gacitúa nos recuerda que el futuro no es
más que un presente abandonado y soterrado por la mala gestión de la máquina. Su obra nos invita a mirar hacia delante sin dejar de observar el aquí y el ahora, porque en esa relación entre ambos tiempos se juega nuestra verdadera posibilidad de cambio.