FOLK SPIRIT: El arte como provocación

Juan Ignacio Ferrada Zambrano

Mediador Galería FEDUH

Ante la constante evolución tecnológica y el ideal de perfectibilidad, se percibe
que los cánones de belleza vuelven a tomar fuerza luego de haber pasado por un
periodo en el que parecían estar dormidos. Al encontrarme con la reciente exposición
de Guido Solar Casanova en la Galería FEDUH de la Facultad de Educación y
Humanidades me ha hecho volver a cuestionar dichos cánones y plantearme la pregunta
sobre cuáles son los límites de lo creativo. ¿Qué es lo que se encuentra preestablecido?
¿Cómo esto puede condicionar nuestra creatividad? ¿Cuál es la forma correcta para
producir obras artísticas o contenidos artísticos?


Así lo expresa la exposición Folk Spirit (2025), que, a primera impresión, nos
invita a replantearnos las formalidades del arte y la inclusión de aquello que ha
encontrado su lugar en lo rechazado por la sociedad, precisamente por no seguir el
mismo orden mimético de la pintura clásica que son presentadas con frecuencia en la
mayoría de las galerías de la región de Ñuble.

La técnica utilizada por Solar Casanova, evidencia que su trabajo está guiado por
la espontaneidad de lo creativo, dejando fluir trazos, colores y sentimientos, relegando a
la técnica académica a un segundo plano. Esto permite a la audiencia visualizar qué tan
arraigadas están nuestras ideas preconcebidas de la belleza pictórica. Podría decirse
que esta es la intención creativa de este destacado artista visual chillanejo, Licenciado
en Artes con mención en Pintura por la Universidad de Chile, quien ha desarrollado su
carrera en áreas de la performance, el video, la fotografía, la imagen y el sonido.

Tal como se puede ver en los 11 lienzos expuestos, el tratamiento
contemporáneo de la mancha y la gestualidad con la que construye sus imágenes, se
vuelve su propio discurso para así hacerle frente a la máquina artística, poniendo en
evidencia la necesidad de instalarse fuera de los parámetros tradicionales, académicos o
institucionales de la disciplina.

Folk Spirit irrumpe en los pasillos de la institucionalidad cotidiana, apelando al
quiebre de la estructura y la constante embriaguez de la creatividad, que invita a una
constante creación desinteresada de los cánones establecidos. Es por ello que dicha
provocación ha generado reacciones en los visitantes de la galería, al ser catalogada
públicamente en el libro de sugerencias, como si lo hubiese hecho un niño pequeño. Así,
logra transmitir sus referentes artísticos: la espontaneidad y simplicidad del arte naif, el
uso del color y la forma del expresionismo abstracto y la aparente carencia de formación
mimética del arte brut.

La exposición plantea una invitación directa a que la comunidad aprecie,
contemple, disfrute y cuestione el arte producido localmente, desde estilos poco
habituales para nuestro análisis, o forma tradicional de apreciar la pintura. Pero el
verdadero cuestionamiento es otro: ¿en qué momento —si no es a través del arte
instalado en los pasillos de la universidad pública y estatal— podemos abordar los
problemas del pensamiento crítico de nuestras propias áreas de conocimiento?